Noticias de Villajoyosa
Los muros pintados de Barberes Sur emergen sobre una antigua cantera de áridos vinculada a la calzada romana de Allon
El hallazgo de más de 4.000 fragmentos de pintura mural confirma la transformación de una antigua cantera en una lujosa villa del Alto Imperio en el litoral de Villajoyosa
Las últimas excavaciones en Barberes Sur revelan la evolución del entorno arqueológico de Villajoyosa, pasando de cantera de áridos vinculada a la construcción de la calzada romana de Allon a fastuosa residencia señorial. La aparición de miles de fragmentos de pintura mural permite reconstruir parte de las estancias nobles de la villa erigida sobre aquellas fosas mineras reutilizadas como cimientos.
La reciente campaña arqueológica en la villa romana de Barberes Sur, coordinada por el Servicio Municipal de Arqueología de Villajoyosa y la empresa Alebus Patrimonio Histórico, ha documentado un hallazgo significativo para la comprensión de la evolución urbana del litoral de la Marina Baixa: más de 4.000 fragmentos de pintura mural pertenecientes a las estancias nobles de una villa del siglo II d.C., levantada sobre lo que fuera una cantera de áridos destinada a la construcción de la calzada de Allon.
Este contexto estratigráfico refuerza la secuencia de transformación del paisaje. En un primer momento, entre finales del siglo I a.C. y comienzos del I d.C., el terreno fue explotado como cantera para obtener cantos calizos con los que se pavimentó la vía romana que conectaba Allon con los núcleos de Benidorm y Altea. Así lo confirma la coincidencia entre el tipo de piedra hallado en las fosas de Barberes Sur y en el tramo de calzada excavado recientemente en la calle Requena, 17.
Las excavaciones más recientes han confirmado que, un siglo después del abandono de la cantera, se construyó sobre ella una villa de carácter señorial durante el reinado del emperador Trajano. Para ello, se aprovecharon las antiguas fosas, que fueron rellenadas y utilizadas como base para los cimientos del nuevo edificio. Sobre este entramado se alzaron los muros de tapial que decoraban los espacios residenciales, ornamentados con pinturas murales de alta calidad.
“Se ha documentado un espacio porticado rodeando un jardín interior, estancias nobles con decoración vegetal y arquitectónica, y una zona destinada al servicio o uso industrial”, ha señalado el equipo de arqueología.
![[Img #33374]](https://marinabaixadigital.es/upload/images/04_2025/333_limpieza-e-inventario.jpg)
En una de las estancias mejor conservadas, los trabajos han permitido recuperar 866 fragmentos de pintura mural en un solo derrumbe, entre los cuales ya se ha reconstruido parcialmente un panel compuesto por guirnaldas vegetales, aves y molduras.
Los trabajos de consolidación, limpieza y restauración se están desarrollando en el laboratorio de Vilamuseu, con la participación del voluntariado local, bajo supervisión del departamento de conservación. Estas tareas permitirán reconstruir visualmente parte de la decoración original de las estancias y avanzar en el estudio del programa iconográfico y arquitectónico de la villa.
Barberes Sur, junto a yacimientos como el de Plans o la zona artesanal del entorno de la avenida Ciudad de Requena, forma parte de una red de enclaves que ilustran la evolución histórica de Villajoyosa desde la época prerromana hasta el Bajo Imperio. En conjunto, estos hallazgos permiten entender cómo el paisaje litoral fue adaptado sucesivamente para funciones extractivas, productivas, logísticas y residenciales, marcando una continuidad de uso del territorio que se prolonga durante más de un milenio.

La reciente campaña arqueológica en la villa romana de Barberes Sur, coordinada por el Servicio Municipal de Arqueología de Villajoyosa y la empresa Alebus Patrimonio Histórico, ha documentado un hallazgo significativo para la comprensión de la evolución urbana del litoral de la Marina Baixa: más de 4.000 fragmentos de pintura mural pertenecientes a las estancias nobles de una villa del siglo II d.C., levantada sobre lo que fuera una cantera de áridos destinada a la construcción de la calzada de Allon.
Este contexto estratigráfico refuerza la secuencia de transformación del paisaje. En un primer momento, entre finales del siglo I a.C. y comienzos del I d.C., el terreno fue explotado como cantera para obtener cantos calizos con los que se pavimentó la vía romana que conectaba Allon con los núcleos de Benidorm y Altea. Así lo confirma la coincidencia entre el tipo de piedra hallado en las fosas de Barberes Sur y en el tramo de calzada excavado recientemente en la calle Requena, 17.
Las excavaciones más recientes han confirmado que, un siglo después del abandono de la cantera, se construyó sobre ella una villa de carácter señorial durante el reinado del emperador Trajano. Para ello, se aprovecharon las antiguas fosas, que fueron rellenadas y utilizadas como base para los cimientos del nuevo edificio. Sobre este entramado se alzaron los muros de tapial que decoraban los espacios residenciales, ornamentados con pinturas murales de alta calidad.
“Se ha documentado un espacio porticado rodeando un jardín interior, estancias nobles con decoración vegetal y arquitectónica, y una zona destinada al servicio o uso industrial”, ha señalado el equipo de arqueología.
En una de las estancias mejor conservadas, los trabajos han permitido recuperar 866 fragmentos de pintura mural en un solo derrumbe, entre los cuales ya se ha reconstruido parcialmente un panel compuesto por guirnaldas vegetales, aves y molduras.
Los trabajos de consolidación, limpieza y restauración se están desarrollando en el laboratorio de Vilamuseu, con la participación del voluntariado local, bajo supervisión del departamento de conservación. Estas tareas permitirán reconstruir visualmente parte de la decoración original de las estancias y avanzar en el estudio del programa iconográfico y arquitectónico de la villa.
Barberes Sur, junto a yacimientos como el de Plans o la zona artesanal del entorno de la avenida Ciudad de Requena, forma parte de una red de enclaves que ilustran la evolución histórica de Villajoyosa desde la época prerromana hasta el Bajo Imperio. En conjunto, estos hallazgos permiten entender cómo el paisaje litoral fue adaptado sucesivamente para funciones extractivas, productivas, logísticas y residenciales, marcando una continuidad de uso del territorio que se prolonga durante más de un milenio.
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