Un jubilado de Benidorm pierde todos sus ahorros tras caer en una ‘estafa del amor’ con identidades creadas por IA

Un jubilado de 78 años, vecino de Benidorm, ha visto cómo se desvanecían los ahorros de toda su vida al convertirse en víctima de una ‘estafa del amor’ alimentada por inteligencia artificial. Durante meses creyó mantener una relación a distancia con una supuesta doctora de Kazajistán, a la que envió 8.800 euros convencido de que se trasladaría a España para iniciar una vida juntos.

El caso comenzó tras la muerte de su segunda esposa en 2022, un hecho que lo dejó sumido en una depresión. Buscando compañía en internet, conoció a través de redes sociales a “Ainur”, de 43 años, quien se presentó como una mujer en busca de una relación seria. Fotos, vídeos y mensajes reforzaban la ilusión del pensionista, hasta el punto de que llegó a vender su parte de un piso en Benidorm y pedir dinero prestado a conocidos para poder costear las supuestas necesidades de su interlocutora.

Las peticiones económicas fueron en aumento. Primero fueron 2.000 euros para un billete de avión, después otros 2.000, y más tarde hasta 10.000 para un depósito bancario exigido por las autoridades kazajas. La confianza fue tal que el hombre rompió incluso con amistades que intentaban advertirle de que podía estar siendo engañado.

El desenlace llegó cuando, convencido de que la mujer venía a España, tomó un autobús hacia el aeropuerto de Madrid-Barajas. Durante el viaje recibió un último mensaje en el que le explicaban que su pareja virtual había sido detenida en Kazajistán por el intento de sacar ilegalmente una obra de arte y necesitaba más dinero para pagar una multa. Fue entonces cuando acudió a la Policía Nacional, que confirmó sus sospechas y revelaban que las imágenes y vídeos correspondían a una identidad ficticia generada con inteligencia artificial.

“Te dejan que te descargues emocionalmente y te van atrapando. Yo me sentía contento de haber encontrado a alguien con quien estaba conectando”, relata la víctima, que ahora comparte piso con otros tres jubilados tras quedarse sin recursos. Consciente de su experiencia, concluía lanzando un consejo a quienes puedan estar en la misma situación: “Si conoces a alguien, tócale las manos, que puedas ver a la persona enfrente”.