El Plan General de Altea entra en una nueva fase de incertidumbre tras su aplazamiento autonómico

El proceso para dotar a Altea de un nuevo Plan General Estructural (PGE) ha entrado en una fase de incertidumbre tras la decisión de la Generalitat de aplazar su aprobación definitiva, pese a que el Ayuntamiento alteano había completado los trámites requeridos días antes en pleno municipal. El frenazo administrativo ha reactivado el debate político y técnico sobre el planeamiento urbanístico que debe marcar el desarrollo del municipio durante las próximas dos décadas.

El pasado jueves 18 de diciembre, el Ayuntamiento de Altea celebró pleno ordinario en el que, por vía de urgencia, aprobó correcciones técnicas y formales del Plan General Estructural, sin modificaciones sustanciales, a petición del Servicio Territorial de Urbanismo. El objetivo era atender los últimos requerimientos trasladados por la Comisión Territorial Técnica y permitir que el documento pudiera someterse a aprobación definitiva al día siguiente.

Durante el debate plenario, el concejal de Urbanismo, José Orozco, explicó que el Ayuntamiento había actuado para culminar un proceso iniciado años atrás y destinado a sustituir el planeamiento vigente desde 1982, un modelo que calificó como agotado. Según detalló, el nuevo PGE persigue un crecimiento más compacto, la protección del suelo de alto valor ambiental y paisajístico, con la desclasificación de ocho millones de metros cuadrados de suelo urbanizable, así como la apuesta por un urbanismo de proximidad en torno a los núcleos de Altea y Altea la Vella.

Además, el documento aprobado provisionalmente contempla la obtención de suelo para dotaciones estratégicas como el crecimiento deportivo, un nuevo cementerio y tanatorio en Expoaltea, el ecoparque municipal o futuras infraestructuras educativas, junto a un desarrollo residencial distribuido en distintos sectores para los próximos 15 a 20 años.

La aprobación de estas correcciones salió adelante con los votos favorables del equipo de gobierno, la abstención del grupo municipal popular y el voto en contra de VOX. La portavoz del PP, Rocío Gómez, reiteró que su grupo mantiene discrepancias de fondo con el PGE, al considerar que se ha alejado del consenso inicial y no responde adecuadamente a las necesidades de vivienda, aunque justificó la abstención para no bloquear el avance administrativo. Desde el grupo socialista, su portavoz Deo Sánchez defendió el respaldo al documento al entender que su aprobación permitiría avanzar hacia un nuevo modelo de municipio. VOX, por su parte, votó en contra al considerar que el plan limita el crecimiento futuro.

Sin embargo, al día siguiente, viernes 19 de diciembre, la Comisión Territorial de Urbanismo decidió dejar en suspenso la aprobación definitiva del Plan General. Según informó el Ayuntamiento de Altea, la decisión se produjo tras la aparición a primera hora de la mañana de un nuevo documento que planteaba una discrepancia sobre el límite portuario en la zona de Marimontaña, cuestión que no había impedido previamente la tramitación del expediente.

El alcalde de Altea, Diego Zaragozí, manifestó el malestar del equipo de gobierno ante una decisión que, a su juicio, interrumpe un proceso largo y técnicamente trabajado. En la misma línea, el concejal de Urbanismo señaló que el aplazamiento genera inseguridad y retrasa una planificación considerada necesaria para dotar de estabilidad urbanística al municipio, recordando que el límite portuario reflejado en el PGE respondía a indicaciones previas de la propia Generalitat Valenciana.

La suspensión de la aprobación definitiva provocó a su vez una reacción política inmediata. Desde el PP de Altea se defendió que el Ayuntamiento alteano era conocedor de que el Plan General invadía dominio público portuario, tanto en el ámbito de Porto Senso (antiguo puerto Galera) como en otras instalaciones portuarias del término municipal. Según expuso su portavoz, esta circunstancia hacía inviable la validación autonómica y obligará ahora a modificar el documento para incorporar correctamente dichos espacios como suelo portuario.

En este escenario, el Plan General de Altea queda pendiente de nuevas correcciones y de la reanudación del trámite autonómico, en un contexto en el que el debate ya no se limita al contenido del planeamiento, sino también a los tiempos, garantías y seguridad jurídica de un proceso llamado a definir el modelo de crecimiento del municipio durante las próximas décadas.